¡Lo difícil no fue llegar, lo difícil será mantenerse, cumplir... Cada pueblo tiene el gobierno que se merece! La lucha sigue...

Operación Berlín: Conjura

“Recuerden —dijo Rojo a los jóvenes antes de marcharse—: Tenemos presupuesto ilimitado”, recordó la fuente.
“¡Pauten sin miedo, carajo!”, se escuchó en la oficina la voz de un hombre joven, una exclamación profusa e impaciente que retumbó por toda la casa. La queja provenía de Ricardo Rojo, coordinador de un grupo de jóvenes a quienes les encargó producir a destajo memes, videos y mensajes para intentar desvirtuar la imagen del entonces candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.
“¡El dinero no es de ustedes, así que métanle!”, gritó nuevamente Rojo, acompañando ahora la instrucción con un furioso puñetazo en la mesa, relató uno de los presentes.
Rojo se había irritado al saber que su brigada de trolls —quienes hasta ese momento habían pagado seis mil pesos, a lo más, por cada posteo que deseaban viralizar en las redes para debilitar la campaña del tabasqueño, que ya aparecía como puntero en la mayoría de las encuestas— no prosperaba.
A partir de ese momento, el equipo de Rojo llegó a pagar hasta 50 mil pesos por cada mensaje en Facebook, Twitter e Instagram que resaltara una mala mueca de López Obrador, un arranque contra algún adversario, un exabrupto de alguno de sus colaboradores o una liga de una noticia falsa, describió el informante.
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