Hace cuatro décadas, el 8 de julio de 1976, se concretó el golpe al diario Excélsior, dirigido por Julio Scherer García. Ordenado por el presidente Luis Echeverría y operado por Regino Díaz Redondo, el manotazo contra el periódico, en ese entonces, el mejor a nivel nacional y reconocido así en el mundo, marcó un antes y un después en el diarismo mexicano y en las relaciones del poder con los medios de información.